La onicomicosis se ve comúnmente en la práctica clínica.
El tratamiento antifúngico tópico se asocia frecuentemente a falla terapéutica, y la resistencia a la terapia sigue siendo un problema clínico significativo.
Diversas terapias interesantes para la onicomicosis están en línea de producción.
La onicomicosis, o infección micótica de la unidad ungueal, representa el 50% de los trastornos ungueales observados en la práctica clínica. Los estudios de población indican que su prevalencia varía según la región geográfica, con alrededor del 4% en Europa y casi el 19% en América del Sur. [1] En la mayoría de las áreas geográficas, los dermatofitos como T. rubrum y T. interdigitale son responsables de la mayoría de los casos de onicomicosis, aunque en algunas áreas como África y Oriente Medio, las levaduras como C. albicans y C. parapsilosis pueden ser el agente causal. Los mohos no D como Neoscytalidium, Aspergillus y Fusarium son responsables de sólo una minoría de los casos.
Los resultados del tratamiento están relacionados con una serie de factores, que incluyen al patógeno causal. [2]
Además, la resistencia a los medicamentos, tanto primaria (intrínseca) como secundaria (adquirida), después de la exposición a un agente antifúngico es un problema de creciente preocupación.
La onicomicosis es una infección micótica de las uñas causada principalmente por hongos dermatofitos, que tradicionalmente se entiende que existen en el medio ambiente como organismos planctónicos; sin embargo, los avances recientes en microbiología sugieren que los hongos también pueden formar biopelículas, que son comunidades microbianas sésiles complejas unidas irreversiblemente a las superficies epiteliales por medio de una matriz extracelular.
La matriz extracelular también actúa como una barrera protectora para los organismos dentro de la biopelícula.
Con respecto al tratamiento, una biopelícula es sorprendentemente resistente a las lesiones y puede actuar como una fuente persistente de infección, posiblemente explicando la resistencia antifúngica en la onicomicosis.
Los factores clínicos asociados con la onicomicosis comprenden el porcentaje de afectación ungueal, lúnula afectada, presencia de espigas amarillas, dermatofitoma causante y la presencia de un espacio de aire entre la placa ungueal y el lecho ungueal.
Se utilizan varias terapias diferentes para tratar la onicomicosis.
Si bien las terapias médicas con agentes antifúngicos tópicos y sistémicos se usan con mayor frecuencia, los métodos físicos / químicos también pueden ser de alguna utilidad.
Éstos incluyen abrasión de la placa de la uña, grabado de la superficie de la uña, desbridamiento mecánico, microporación, uso de agentes queratolíticos y potenciadores de la penetración.
También se utilizan métodos basados en dispositivos como la terapia fotodinámica, el láser y la iontoforesis.
La curación puede considerarse micológica o completa, y típicamente las tasas de las primeras son más altas que las segundas.
Por lo tanto, el fracaso del tratamiento generalmente ocurre con antifúngicos en el 20-25% de los casos, con tasas de recurrencia de hasta 50%.
Se están realizando varios ensayos clínicos con nuevos medicamentos orales.
Una de esas moléculas es VT-1161, un tetrazol inhibidor de CYP51 micótico que bloquea la producción de ergosterol.
VT-1161 tiene una actividad de amplio espectro contra dermatofitos y especies de Cándida. [3]
En un ensayo de fase IIb, se observó curación completa en el 32-40% de los casos, con curación micológica en el 61-72% de los casos, y bajas tasas de eventos adversos.
Fosravuconazol etanol L-lisina es un nuevo triazol que se encuentra en fase III de desarrollo.
Este agente se asoció con curación completa en casi el 60% de los pacientes, con curación micológica en el 82% después de 48 semanas de tratamiento. [4]
Con respecto a las formulaciones, se están investigando varias estrategias químicas nuevas que incorporan compuestos químicos en una formulación tópica para mejorar la penetración de medicamentos a través de la uña.
Las denominadas nano formulaciones, por ejemplo, pueden permitir una penetración profunda en las uñas, una mayor estabilidad del fármaco activo y tiempos de liberación prolongados.
Una de estas formulaciones es MOB015B (formulación tópica de terbinafina) que se investigó en un estudio piloto abierto, de centro único, fase IIa en 25 pacientes. [5]
Se observaron resultados muy alentadores, y los estudios de fase III que incluyen aproximadamente 750-800 pacientes están en marcha en América del Norte y Europa simultáneamente con resultados esperables en 2020.
También se está investigando el tratamiento con láser para proporcionar fototermólisis selectiva de cromóforos fúngicos.
Un metaanálisis de ensayos controlados informó que se observó curación micológica en el 70,4% de los casos, pero con curación completa en sólo el 7,2%. [6]
Elewski et al. Efficacy and Safety of VT-1161 in a Randomized, Double-Blinded, Placebo-Controlled Phase 2 Study of Four Oral Dosing Regimens in the Treatment of Patients with Moderate-to-Severe Distal-Lateral Subungual Onychomycosis (DLSO). 4th International Summit for Nail Diseases; 2017.
Watanabe S, Tsubouchi I, Okubo A, et al. Efficacy and safety of fosravuconazole L-lysine ethanolate, a novel oral triazole antifungal agent, for the treatment of onychomycosis: A multicenter, double-blind, randomized phase III study. J Dermatol. 2018 Oct;45(10):1151-9.
Faergemann J, et al. An open, single-center pilot study of efficacy and safety of topical MOBO15B in the treatment of distal subungual onychomycosis (DSO). AAD 2015, eP 963.
Yeung K, Ortner VK, Martinussen T, et al. Efficacy of laser treatment for onychomycotic nails: a systematic review and meta-analysis of prospective clinical trials. Lasers Med Sci. 2019 Oct;34(8):1513-25.
Presentado por: Prof. Kristian Reich, Translational Research in Inflammatory Skin Diseases, Institute for Health Services Research in Dermatology and Nursing, University Medical Center Hamburg-Eppendorf, and Skinflammation® Center, Hamburg, Germany
Presentado por: Prof. Spyridon Gkalpakiotis, Department of Dermatovenereology, Third Faculty of Medicine and University Hospital of Kralovske Vinohrady, Prague, Czech Republic.